sábado, 5 de junio de 2010

¡Qué triste es el primero adiós!



Los primeros diez años de mi vida los viví en un departamento en el que conocí a grandes personas.

Mi hermana y yo éramos súper traviesos y nos encantaba conocer a los vecinos, quienes rápidamente se hicieron grandes amigos.

Entre ellos, estaba la familia conformada por Mayita y sus hijas, Rosita y Lula, quienes tenían como 20 años y nos consentían muchísimo.

Gracias a ellas, mi hermana se hizo fan de las luchas y yo de Timbiriche. Creo que tenía que ser a la inversa, pero bueno, jajaja.

Conciertos, cumpleaños, idas al mercado, invitaciones a comer en su restaurante de mariscos y un sinfin de cosas vivimos juntos.

Sabíamos que nos íbamos a cambiar pronto de casa porque dos años antes mi papá estaba
construyéndola, pero nosotros no imaginábamos que fuera tan rápido.

El momento de la despedida llegó y con él, grandes sentimientos. Mi hermana, mi mamá y yo no paramos de llorar al momento de decir adiós.

Mi papá nos tuvo que subir a la fuerza al coche porque el camión de la mudanza ya nos estaba esperando.

Nunca olvidaré la imagen del coche alejándose y las lágrimas de Mayita y sus hijas, a quienes juramos seguir viendo.

La semana pasada nos enteramos que Maya tiene un derrame cerebral y que está desahuciada, mientras su hija Lula, después de un trasplante de riñón, el cual su cuerpo rechazó, ahora está tratando de conseguir otro para seguir viviendo...

5 comentarios:

  1. Qué fuerte final. Es triste que muchas veces no cumplimos las promesas tipo "seremos amigos por siempre", pero en estos casos es cuando esa amistad se debe mostrar más. TQM

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  2. Nunca es tarde para rencontrarse con alguien y regalarle unas palabras sinceras.

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  3. Qué triste, opino lo mismo que Dan.
    La vida es muy corta, creo que sería un buen momento para ir a visitarlas, nada mejor que una buena compañía. No por nada dicen que recordar es vivir!

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  4. que más???????????????

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  5. ¿Qué más? mmmmmm ¿qué tal un abrazote para Frí-a? Yo te mando muchos.

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